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Por qué no Recuerdo mis Sueños?


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Es típico: finalmente decidiste Escuchar lo que tu Inconsciente opina respecto de tu vida, te acostaste como un niño en noche de Reyes, con la ilusión de los regalos que descubrirías a la mañana, y cuando despiertas... Nada!


Las emociones se agolpan: enojo, frustración, desencanto, y quizás incluso una incipiente preocupación de si no habrá algo mal en tí que hace que no recuerdes tus sueños. Permíteme tranquilizarte con una estadística: esta suele ser la experiencia inicial de más de la mitad de las personas que deciden registrar sus sueños.


Por qué ocurre esto? Puedes hacer algo para cambiarlo? Por supuesto que Sí!


Primero: Comprender qué es lo que ocurre. Nuestra civilizada vida de vigilia nos engulle apenas abrimos los ojos a la mañana: tengo que hacer las compras, debo preparar el desayuno a los niños, tengo que llegar al trabajo en horario, hay que solucionar el problema del grifo que pierde agua o llevar a vacunar al perro. Y la lista puede continuar hasta el infinito. No es para nada extraño entonces que vivamos en una sociedad sometida y acostumbrada al estrés. Es bien sabido que el estrés tiene una principal causa: la Ansiedad, pero generalmente de este entendimiento se salta a qué cosas en tu vida te generan ansiedad, y entonces descargamos la culpa de la ansiedad y por transición también del estrés, a esos ansiogeneradores: la culpa es de mi jefe, mi profesión, mi oficio, mi familia, mi pareja, mis hijos, mi suegra, etc. Lo que nunca escucho es que en esos análisis se vaya un nivel más profundo: ¿qué es lo Simbólico que se esconde detrás de la Ansiedad y es el verdadero precursor de la misma? Te regalo la Respuesta: es la Necesidad.


En un enorme porcentaje de los pensamientos que ocupan nuestra cabeza y las motivaciones de nuestras acciones durante la vigilia, existe una necesidad que clama por ser satisfecha. Y no importa tu traje 'Made in Italy', tu bolso Louis Vuitton o tu iPhone 13: sigues transitando tu vida de vigilia con el mismo instinto que el de una cucaracha: el de Supervivencia. Sientes que cada una de esas necesidades DEBE ser satisfecha para poder subsistir un día más, a pesar de que estemos hablando de que el tono de los manteles de tu salón deberían ser más morados que rojos.

Perdimos en algún punto la proporción, y la relación causa/efecto ha sido adulterada en nuestro imaginario, planteándonos escenarios amenazantes si no cumplimos con eso... aunque la mayoría de las veces la única verdadera amenaza es que quede expuesta nuestra propia ridiculez, porque... ¿qué pasaría si no vas tú a realizar las compras? Pues, que las va a hacer otro, o llegarán a una situación de desabastecimiento que los obligará a mirarse la cara y plantear en qué libro sagrado quedó escrito y firmado por tí que eras tú quien debía hacerlas. Pero el tema de trasfondo es: ¿qué te pasa a tí si pierdes el Lugar de ser quien abastece la alacena? ¿Qué harías si ya no tuvieses esa responsabilidad, ese tiempo ocupado? ¿Qué preguntas podrías plantearte? ¿Quién serías?


La Necesidad define nuestra zona de confort, aunque dicho 'confort' no sea cómodo ni disfrutable: son actitudes, emociones y pensamientos que están ya programados en tí, y activarlos no cuesta prácticamente nada. Todo tu Ego conciente está programado para asegurar como un celoso perro ovejero que nunca te salgas del camino que fue diseñado para que seas, actúes y sientas de determinada manera, porque de esa forma te aseguras tener un Lugar que crees te pertenece y es tuyo, aunque en este Camino ya sabemos que nos fue designado por el afuera.


Por supuesto que hay que diferenciar entre una Necesidad y lo Necesario; la distancia entre ambos es Sutil pero abismal: en la Necesidad, estás en posición de Víctima carenciada, quedas objetizado, como un leño llevado sin posibilidad aparente de decisión por la corriente. En lo Necesario, por el contrario, eres Sujeto, actor, factor de Cambio.


Entonces: si hay Necesidad o hay Mandato u Obligación de algún tipo, hay Ego actuando en tu conciencia, respondiendo según su programación ante determinados eventos.


Y en este punto es que volvemos al tema que nos interesa hoy: ¿por qué no puedo recordar mis sueños? Pues, muy probablemente, porque te has fijado la necesidad de recordarlos. Por ejemplo, si has iniciado un Camino de Autoconocimiento, o un Taller de Sueños, o más aún una Actividad Integral de Trabajo con Sueños, como la que Brindo en EGITS, puede pasar que te autoimpongas la necesidad de recordar tus aventuras oníricas, sea porque piensas que si no lo haces es como estudiar costurería sin tener una aguja, o porque simplemente te comparas con tus compañeros que sí sueñan y sientes que 'te estás atrasando' (o te identificas a quienes están experimentando esta situación de aparente amnesia onírica).


Quizás te convenga reflexionar acerca de por qué y para qué iniciaste este Camino, y reconectes con el Disfrute de un proceso que, si no le sumas el agobio de tus obligaciones de vigilia, te llevará a Conocerte de una manera Plena y Profunda.


Dedícate los minutos previos a dormir para relajarte física, emocional y mentalmente; ofrécete al disfrute del descanso sin pensar en las cosas que deberás hacer mañana, o las preguntas que quedaron aún sin respuesta en tus tareas cotidianas. Que tu día Inicie y Concluya Desde el Disfrute, y la Priorización de tu Bienestar, y verás cómo esa pared que tu ego ha levantado se desmorona y la Voz de tu Inconsciente permanece clara y nítida con sus imágenes fantásticas minutos después de haber abierto tus ojos!


Ojalá este artículo haya Sumado algo a tu Proceso, nos reencontramos en el próximo Artículo de tu Vida en PHI!

Excelente Vida para Todos!!!

 
 
 

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